Estaba yo pensando en cualquier cosa en mi habitación; de repente, escuché un ruido en las escaleras del edificio. Alguien se había caído. Había sido un bebé. Yo salí corriendo para ver qué había pasado; antes que yo, una mujer había llegado; era la madre, y trataba de consolar a su niño. Me recordé de mi madre, y un déjà vu forzoso me hizo desear un abrazo suyo.
Vidas sin reciclar
Nuestras sociedades nos han empujado al consumismo, y por ello no hemos podido parar de comprar cosas. Incluso, en estos tiempos de crisis económica, la publicidad se ha vuelto más agresiva para intentar que los compradores potenciales no dejen de consumir productos innecesarios, ya que la tendencia actual se centrará en revisar qué es lo esencial para vivir y qué no. Sigue leyendo
A veces temo que soy invisible
A veces creo que me estoy volviendo invisible.
En la calle, en el trabajo, en la universidad, en la iglesia, en el equipo de futbol, en todos lados, parece que paso inadvertido, como que no existo, sin aroma ni aliento. Sigue leyendo
Miguel Antonio
“…te escribo porque no sabes leer. Si supieras no te escribiría o te escribiría cosas importantes.”
La Maga, Rayuela
Miguel Antonio es un niño simple. Tan pero tan simple que parece complicado.
Desaparecer
Billy Elliot, la película del niño de 11 años que prefirió aprender ballet en vez del boxeo y que le crea tensiones a su familia, que está metida en una dura huelga de trabajadores, muestra una frase que es genial y que podría (debería) extenderse a todas las profesiones.
Oda a mis anteojos
Si en algo envidio al Supermán con poderes
es que tiene supervelocidad
y es capaz de recoger en el aire
los anteojos de Clark Kent
si es que su hijo se los tira jugando
O porque tiene visión de Rayos X
y puede ver incluso cuando
los anteojos se le nublan cuando
toma sopa muy caliente
Pero en lo que me debe envidiar el Supermán con poderes
es que él usa sus anteojos para esconderse,
mientras que yo los uso para enfrentar al mundo con valentía
y que me bastan para tener una supervisión 20/20
¡Pobre, Supermán! Escondido detrás de su miedo
a ser descubierto y quiere achicarse detrás de los cristales
mientras yo me agrando y no necesito de más
superpoderes para verte
* A Lulú
Diatriba contra la persona común y corriente
No soy de los que me despierto de mal humor.
Al contrario, amanezco feliz
y porque detesto la estaticidad
me es imprescindible salir
a demostrar lo que hay dentro de mí
pero poco a poco la alegría se va borrando de mi alma
para dar paso a las mezquinidades cotidianas:
Ritual contra la envidia que siente mi alma
Lo confieso: soy muy envidioso. Envidio el cariño, los aplausos, los besos, los abrazos, los premios y todas las formas de reconocimiento que reciben los demás.
Mariposas en el estómago
Irremediablemente
El ambiente apesta, irremediablemente, a cheque,
y los cobradores lo saben.
El trabajador recibe con angustia el pago;
ya no es ni siquiera puede estar contento por unos minutos
sabiéndose que su billetera rompió la dieta
que hizo por casi un mes.
Al terminar su labor, el trabajador se irá,
irremediablemente,
rumbo al banco para sacar su salario.
Si tiene suerte, lo atenderán hoy mismo,
luego de sortear una eterna cola.
Todos sufren por lo mismo en la fila,
pero nadie se compadece por el de adelante,
o por el de atrás.
Solamente alcanza para estar pendiente
de que un cajero se apure y se desocupe
para pasar a recoger un sueldo que
lejos de alegrar, acongoja.
Así, los dueños del mundo nos tienen atados;
ellos pagando para que,
irremediablemente,
de inmediato se los devolvamos
en forma de préstamos, alquileres y deudas por cobrar.
La única diferencia es que por algunos segundos
nos sentimos dueños de nuestro salario.
El ambiente apesta, irremediablemente, a cheque.
Y los dueños del mundo lo saben.
Se enojan un poco al pagar,
para que no sospechemos.