De Bruno sí se habla, pero de Pedro Madrigal no

Encanto es la más reciente película animada de Disney, para la cual se realizó un estudio de mercado para entender lo que la gente quería ver de Colombia y ofrecerlo así en una versión descafeinada.

En ciertas partes, recuerda a Cien años de soledad por la alusión a una familia fundadora de un pueblo con propiedades legendarias, donde Alma Madrigal, madre de trillizos, es la matriarca de la familia, al estilo de Úrsula Iguarán de la novela de García Márquez.

Por cierto, ¿no debería conocerse a Alma por su apellido de soltera? Sin duda es un agujero de guion del cual Disney debió optar para simpleza de la historia, pero que no deja de ser un detalle que rompe el coco, tal y como no se explica cómo Mirabel pudo volver a la casa tras la visita del peligroso cuarto de su tío Bruno, ya que recordarán que pudo sortear un abismo en la ida, pero de regreso no pudo haber usado la misma vía, ya que se estaba desmoronando.

Otro detalle que recuerda a Cien años de soledad es la presencia de un secreto de familia, del cual no se quiere hablar. En la obra literaria, el tema tabú era la atracción de los Buendía al incesto, y que pese a las múltiples posibilidades de estos encuentros primo-prima o tía-sobrino, no se concretan por el temor a la leyenda, o más bien maldición, de una criatura con cola de puerco, y que finalmente ocurre, iniciando el fin de la familia.

La instalación de un pueblo, una familia central Madrigal-Buendía y que son vitales para el pueblo, los tabús y el pensamiento mágico, evidencian que los guionistas de Encanto debieron pasar por García Márquez y tomar algunos elementos para satisfacción de los espectadores. Vamos, que lo mismo hicieron con el pobre Pinocho, cuya obra original de Carlo Collodi no encuentra satisfacción del todo en su película.

El secreto familiar de los Madrigal se centraba en la figura de Bruno, una especie de Melquíades que podía visualizar el futuro y que profetizó la ruina de la familia. Es decir, Bruno profetizó la destrucción de la casa mágica de los Madrigal, mientras que Melquíades profetizó el exterminio de los Buendía. Luego vemos que Bruno no era el personaje malvado que todos creíamos al principio, sino que alguien a quien todos temían porque decía la verdad. La mayoría estaban molestos porque les aseguraba que terminarían calvos, panzones o que llovería el día de su boda.

No se habla de Bruno es, además, la canción más pegajosa de la película, en la cual se explica el tabú para no recordar al tío. El tema, con ciertos aires a Havana de Camila Cabello, se ha convertido en un éxito de Spotify.

Tras solventar la confusión de que Bruno era bueno, y que nunca se fue, que se quedó en la casa escondido en los rincones, y que todos comprendieron que no era maldad decir qué pasará en el futuro, si es que esto se convierte en verdad, todo termina más o menos bien, con la familia Madrigal unida, los pobladores que se habían aprovechado de la magia de la casa también colaborando, y Mirabel tomando su puesto en la familia, ya que se sentía ajena al no tener un don mágico.

Pero de quien no se habla en realidad es de Pedro Madrigal, el esposo de Alma, padre de los trillizos y fundador de la familia. Quien hereda su apellido y la vela que posee las propiedades mágicas. La película alude a que murió cuando los trillizos eran bebés, mientras emigraban porque “un grupo” incendió el pueblo. Este grupo a caballo persiguió a los desplazados, con el propósito de asesinarlos. Pero Ernesto los enfrentó en el río. Lo asesinaron, pero él de alguna forma “explotó”, matando también a sus atacantes, y luego se convirtió en magia para la vela y se tomó forma de roca para esconder el camino que iniciaba desde el río.

Pero más de eso, no se habla de Ernesto.

Las interpretaciones podrían venir según ciertas posturas ideológicas. Si hablamos de Colombia, bien podrían ser las FARC y/o el narcotráfico, con lo cual no quedaría mal con el statu quo colombiano, ya que su postura hegemónica se centra en el combate a estos dos grupos. El espectador de Estados Unidos y de Europa tampoco tomaría a mal esta interpretación de los agresores.

Sin embargo, la película deja abierto este punto y ser podrían buscar interpretaciones. Si volvemos a las analogías de Cien años de soledad, más podríamos recordar a Macondo convertido en hojarasca seca y quemada, luego de que la United Fruit dejara el lugar, o bien la misma masacre bananera de 1928, que es un leit motiv de García Márquez, y que describió en su novela, y a la cual sobrevivió José Arcadio Segundo, pero solo para darse cuenta que de eso no hablaba nadie.

En esta interpretación, la realidad de la película podría adaptarse no solo a Colombia sino a toda Latinoamérica, ya que problemas de masacres estatales propiciadas por la visión imperialista y anticomunista, podemos encontrar en todos lados. Incluso en el pacífico asiático o en África.

En otra interpretación, se habla de la guerra entre liberales y conservadores, que lo acerca más a Cien años de soledad de lo que se cree.

No es la primera vez que en Disney se asoma la temática imperialista. Si no, bastaría con Para leer al Pato Donald, la obra de Ariel Dorfman y Armand Mattelart en la cual demuestra que los cómics de Disney eran una especie de panfleto anticomunista y proimperialista en Chile, y que favorecieron al golpe de Estado sufrido por Salvador Allende a manos de Augusto Pinochet.

Quizá esté de más decir que la mejor base teórica que podemos tomar para este análisis viene de la psicología alternativa, y se refiere a las Constelaciones Familiares, que supone que los problemas psicológicos provienen más bien de lo que no se dice, de los secretos familiares, de problemas no resueltos por familiares antecesores, y que nos afectan.

En el caso de Cien años de soledad, esa repetición de Aurelianos y Joséarcadios, y en menor medida a las Úrsulas y Amarantas, termina por afectar a quienes se llaman igual, y mucho peor cuando hay confusión de nombres, como los gemelos Aureliano Segundo y José Arcadio Segundo, en cuyo caso, el verdadero Aureliano sería quien estuvo realmente en la masacre bananera, mientras que José Arcadio era quien organizaba las rifas y las fiestas en Macondo, pero una confusión al nacer alteró los nombres.

En Encanto, el no hablar de Bruno provocaba problemas, pero aún más el no hablar de Ernesto, ya que la familia había perdido sus raíces, y ello degeneraba en los problemas de Alma, al creer que perdía el control del futuro de la familia, Mirabel, que se sentía desplazada por no encontrar su lugar en la familia, Dolores que no encontraba el amor, e Isabel y Luisa, cuyo destino les afectaba terriblemente porque les exigía perfección sin descanso, y que se solucionó cuando el tema tabú de no hablar de Bruno-Ernesto se resolvió, la familia volvió a estar bien.

A propósito del genocidio: El juego de Ender

Ender

El juego de Ender es una película basada en la serie de libros homónimos, escritos por Orson Scott Card, dirigida y escrita por Gavin Hood y con Asa Butterfield en el papel protagónico. Incluye las actuaciones estelares de Harrison Ford y Viola Davis.

La película en sí decepciona, si vienes de leer los libros de Scott Card, puesto que no refleja fielmente lo esencial de Ender. Se basa en dos novelas: El juego de Ender, que es la principal y que da inicio a la saga, y La sombra de Ender, una de las secuelas, en donde el protagonista se retira para la reflexión.

Para quien solo ve la película, desconociendo los libros, puede ser emocionante por la trama llena de acción y efectos especiales.

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Havoc, la soledad y la banalidad

Éramos muy jóvenes. Creo que durante aquel año no dormí nunca. Pero tenía un amigoque aún dormía menos que yo y algunas mañanas e le veía pasear por delante de la estación ala hora de la llegada y salida de los trenes, Lo habíamos dejado poco antes en su portal, ya demadrugada, pero Pieretto había querido dar otra vuelta, ver el amanecer y tomar un café; luegoestudiaba las caras adormiladas de los barrenderos y los ciclistas. Ni siquiera él recordaba conclaridad las conversaciones sostenidas durante la vigilia nocturna. Las había digerido y ahoradecía con tranquilidad:
-Es tarde ya, me voy a la cama.
El Diablo sobre las colinas
Césare Pavese

Havoc
Havoc
(en español Caos o Perturbadas) es una historia de niñas de familias acomodadas de Los Ángeles, que se mezclan con una pandilla del este (el sector latino de la ciudad).

Aunque la trama principal refiera un enfrentamiento entre grupos (la pandilla del Este contra la del Oeste) y que el conflicto principal recaiga sobre un personaje secundario, la verdadera trama se centra en el personaje de Allison Lang (Anne Hathaway), una adolescente cuyos padres le han ofrecido una vida llena de lujos, pero carente de amor.
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