Cuando dio a conocer su idea, todos creyeron que estaba loco.
«Pero si aquí se mira clarito en el Google Earth. ¡Sí existe!», decía
Sí, pero no se burlaban de él porque la isla no existiera, sino porque nadie creía que era interesante llegar hasta ahí.
Se trataba de una isla artificial que se había formado por botellas que tenían mensajes dentro. Es fácil imaginarlo, pero si querés te explico. Obviamente, a lo largo de la historia de la Humanidad, los náufragos han lanzado botellas con un mensaje dentro, creyendo que algún día esa botella sería encontrada y que leería el mensaje y lo rescatarían, así, del naufragio.
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