Por casualidad, me senté en una banca mientras cargaba a mi bebé, cuando tuve que recoger mis piernas para que pasara el cortejo fúnebre. Sí, estaba en Capillas Señoriales de la Avenida Reforma, mientras saludábamos a unos amigos que estaban velando a su abuelita.
Autor: Mario Cordero Ávila
No me digas nada, ya lo sabía
Hoy llueve dentro de mí,
y nadie quiere mojarse
Hoy presiento que va a llover dentro de mí
Ya huelo la humedad que antecede a la lluvia
Esa humedad que es como el vibrato silencioso que antecede a un terremoto
Donde no se salva ni dios, ni ¡puta, madre!, ni el diablo
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La Isla de los Mensajes en una Botella
Cuando dio a conocer su idea, todos creyeron que estaba loco.
«Pero si aquí se mira clarito en el Google Earth. ¡Sí existe!», decía
Sí, pero no se burlaban de él porque la isla no existiera, sino porque nadie creía que era interesante llegar hasta ahí.
Se trataba de una isla artificial que se había formado por botellas que tenían mensajes dentro. Es fácil imaginarlo, pero si querés te explico. Obviamente, a lo largo de la historia de la Humanidad, los náufragos han lanzado botellas con un mensaje dentro, creyendo que algún día esa botella sería encontrada y que leería el mensaje y lo rescatarían, así, del naufragio.
Zompopos de mayo
Estaba yo pensando en cualquier cosa en mi habitación; de repente, escuché un ruido en las escaleras del edificio. Alguien se había caído. Había sido un bebé. Yo salí corriendo para ver qué había pasado; antes que yo, una mujer había llegado; era la madre, y trataba de consolar a su niño. Me recordé de mi madre, y un déjà vu forzoso me hizo desear un abrazo suyo.
Vidas sin reciclar
Nuestras sociedades nos han empujado al consumismo, y por ello no hemos podido parar de comprar cosas. Incluso, en estos tiempos de crisis económica, la publicidad se ha vuelto más agresiva para intentar que los compradores potenciales no dejen de consumir productos innecesarios, ya que la tendencia actual se centrará en revisar qué es lo esencial para vivir y qué no. Sigue leyendo
A veces temo que soy invisible
A veces creo que me estoy volviendo invisible.
En la calle, en el trabajo, en la universidad, en la iglesia, en el equipo de futbol, en todos lados, parece que paso inadvertido, como que no existo, sin aroma ni aliento. Sigue leyendo
Miguel Antonio
«…te escribo porque no sabes leer. Si supieras no te escribiría o te escribiría cosas importantes.»
La Maga, Rayuela
Miguel Antonio es un niño simple. Tan pero tan simple que parece complicado.
Desaparecer
Billy Elliot, la película del niño de 11 años que prefirió aprender ballet en vez del boxeo y que le crea tensiones a su familia, que está metida en una dura huelga de trabajadores, muestra una frase que es genial y que podría (debería) extenderse a todas las profesiones.
Oda a mis anteojos
Si en algo envidio al Supermán con poderes
es que tiene supervelocidad
y es capaz de recoger en el aire
los anteojos de Clark Kent
si es que su hijo se los tira jugando
O porque tiene visión de Rayos X
y puede ver incluso cuando
los anteojos se le nublan cuando
toma sopa muy caliente
Pero en lo que me debe envidiar el Supermán con poderes
es que él usa sus anteojos para esconderse,
mientras que yo los uso para enfrentar al mundo con valentía
y que me bastan para tener una supervisión 20/20
¡Pobre, Supermán! Escondido detrás de su miedo
a ser descubierto y quiere achicarse detrás de los cristales
mientras yo me agrando y no necesito de más
superpoderes para verte
* A Lulú
Diatriba contra la persona común y corriente
No soy de los que me despierto de mal humor.
Al contrario, amanezco feliz
y porque detesto la estaticidad
me es imprescindible salir
a demostrar lo que hay dentro de mí
pero poco a poco la alegría se va borrando de mi alma
para dar paso a las mezquinidades cotidianas: